LAS CÉLULAS PROCARIOTAS: Son pequeñas y menos
complejas que las eucariotas. Contienen ribosomas pero carecen de sistemas de
endomembranas (esto es, orgánulos delimitados por membranas biológicas, como
puede ser el núcleo celular). Por ello poseen el material genético en el
citosol. Sin embargo, existen excepciones: algunas bacterias fotosintéticas
poseen sistemas de membranas internos.23 También en el Filo Planctomycetes
existen organismos como Pirellula que rodean su material genético mediante una
membrana intracitoplasmática y Gemmata obscuriglobus que lo rodea con doble
membrana. Esta última posee además otros compartimentos internos de membrana,
posiblemente conectados con la membrana externa del nucleoide y con la membrana
nuclear, que no posee peptidoglucano.24 25 26
Por lo general podría
decirse que los procariotas carecen de citoesqueleto. Sin embargo se ha
observado que algunas bacterias, como Bacillus subtilis, poseen proteínas tales
como MreB y mbl que actúan de un modo similar a la actina y son importantes en
la morfología celular.27 Fusinita van den Ent, en Nature, va más allá,
afirmando que los citoesqueletos de actina y tubulina tienen origen
procariótico.28
De gran diversidad,
los procariotas sustentan un metabolismo extraordinariamente complejo, en
algunos casos exclusivo de ciertos taxa, como algunos grupos de bacterias, lo
que incide en su versatilidad ecológica.13 Los procariotas se clasifican, según
Carl Woese, en arqueas y bacterias.29
LA CÉLULA EUCARIOTA: Son el exponente de la
complejidad celular actual.15 Presentan una estructura básica relativamente
estable caracterizada por la presencia de distintos tipos de orgánulos
intracitoplasmáticos especializados, entre los cuales destaca el núcleo, que
alberga el material genético. Especialmente en los organismos pluricelulares,
las células pueden alcanzar un alto grado de especialización. Dicha
especialización o diferenciación es tal que, en algunos casos, compromete la
propia viabilidad del tipo celular en aislamiento. Así, por ejemplo, las
neuronas dependen para su supervivencia de las células gliales.13 Por otro
lado, la estructura de la célula varía dependiendo de la situación taxonómica
del ser vivo: de este modo, las células vegetales difieren de las animales, así
como de las de los hongos. Por ejemplo, las células animales carecen de pared
celular, son muy variables, no tiene plastos, puede tener vacuolas pero no son
muy grandes y presentan centríolos (que son agregados de microtúbulos
cilíndricos que contribuyen a la formación de los cilios y los flagelos y
facilitan la división celular). Las células de los vegetales, por su lado,
presentan una pared celular compuesta principalmente de celulosa, disponen de
plastos como cloroplastos (orgánulo capaz de realizar la fotosíntesis),
cromoplastos (orgánulos que acumulan pigmentos) o leucoplastos (orgánulos que
acumulan el almidón fabricado en la fotosíntesis), poseen vacuolas de gran
tamaño que acumulan sustancias de reserva o de desecho producidas por la célula
y finalmente cuentan también con plasmodesmos, que son conexiones
citoplasmáticas que permiten la circulación directa de las sustancias del
citoplasma de una célula a otra, con continuidad de sus membranas
plasmáticas.38
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